lunes, 23 de junio de 2008

FESTEJO DE LO PERDIDO

ESTE SILENCIO
que derrama la poesía
viene envuelto en un manto
de asombro

¡y cae...
...cae!

¡Dios, mio!...

haz que el vacío
sea menos filoso


AL OTRO LADO DE LAS ESTACIONES
la ciudad contempla su funeral
de risas

-Atame al silencio-

Sepúltame bajo los mágicos flirteos
que arden a cada instante
en la lejanía de la infancia


OLVIDO

Déjame abrazarte
también estoy cansado de ese imperio absurdo
de soledades

Bitácora de los trenes: déjame cavar en ella
mi propio suspiro
o lo poco que me resta por perderte

mis huesos están pegados al mismisimo silencio...



BAJO EL ALCÁNDARA DE LOS DIOSES

CIUDAD PERDIDA

Sepultada como un libro abierto
ante los mares

-con sus sepulcros húmedos-

somos el dolor de la piedra
florecidos por el río


EN EL INFINITO

La tarde de frías costumbres
La tarde sobre la línea negra

La tarde con su zarco condenado
dando golpes al silencio

La tarde sepulturera
anclada al talle de una ciudad suicida



EN EL AFANADO ABANDONO DE LOS MIEDOS

OLEAJE DE SIGLOS

Ancla la tarde su miseria
bajo el alcándara de los dioses
el tiempo nos devora cual cadáveres dulces

-Siempre hemos sido presa fácil para el olvido-

Pero el mar...
patrimonio que se ahoga en nuestra sangre
nos devuelve la cercanía con lo que fuimos

Somos, desde siempre, ese oleaje de siglos
la ciudad se hundió sin esperarnos


LA POESÍA AL FÍN NOMBRA

Este verbo que al fin nombra
trae consigo su propio misterio:
soledad
asombro
destrucción...

Una luz a punto de conjugarse
...en esta brevedad infinita